domingo, 28 de abril de 2013

Capitulo 2

-Lo se, llego un poco tarde, lo siento - dice Miriam al acercarse acelerada al

grupo de chicas que la esperan.

-¿Un poco? 20 minutos ¿te parece un poco? - Dice Raquel con cara de pocos

amigos.

-Parece mentira que no me conozcas. La puntualidad y yo no nos llevamos

bien. ¡Después de tantos años deberías saberlo!

-Encima que nos hace esperar.... - cuchichean entre susurros las amigas apio

de Raquel.

-Anda, vamos a dejarlo. Mira ella es Valeria. Es quien ha hecho las fotos para

el calendario.

En ese momento Miriam fija su vista en la chica que estaba al lado de Raquel.

-¡Hola! Yo soy Miriam. ¡¡¡Me encantan tus tacones!!! ¿En serio has hecho las

fotos? ¡Son increíbles! Me tienes que contar con detalles como fue hacerlas.

¿Te pudiste concentrar? Uuufff! Lo siento, demasiadas preguntas en un

segundo.

Ambas ríen, y comienzan a charlar animadamente mientras van caminando

hacia el lugar donde será la fiesta dejando al resto atrás.

Descubren que ambas tienen 28 años, y muchas cosas en común, entre ellas

su gusto por salir de fiesta, los tacones y Pablo Alborán.

Miriam tiene pelo castaño claro, con curvas, las cuales le gusta potenciar de

vez en cuando, aunque no se sienta segura de ellas. Cuando está en la clínica

veterinaria se muestra como una profesional seria y eficaz en su trabajo, pero

cuando sale aparece en ella una chispa de locura, un carácter divertido y un

humor irónico que llega a desesperar a quien no la conoce.

Valeria es una morena de ojos verdes, a la que le gusta pasar desapercibida,

pero no siempre lo consigue. Y es que cuando no llama la atención con su

cuerpo, lo llama con su boca… ¡No sabe estar callada más de cinco minutos

seguidos! Pero cuando hay que ponerse seria y currar, aparca su “locura

temporal” y es disciplinada como la que más.

-Voy a intentar responder a todas tus preguntas. – Comenta divertida Valeria.

-¡Dispara! – Dice una risueña Miriam.

- Primero: sí, hice yo las fotos. Segundo: los detalles mejor me los guardo,

porque como los cuente… creo que me derrito antes de llegar a la discoteca!

Jajajaja A lo de si me pude concentrar, la respuesta es sí. Sólo tienes que

imaginarte que quien tienes delante es un oso peludo y no tío medio desnudo y

lleno de aceite al que le comerías la tableta de chocolate…

Ambas empiezan a reírse a grandes carcajadas mientras el resto de grupo que

las sigue, no entienden el motivo de tanto alboroto.

-Y en relación con los tacones que tanto te han llamado la atención –dice

Valeria- te voy a contar un secreto: es un regalo de uno de los osos peludos

que este año van a decorar tu clínica.

-¿En serio? No me puedo creer que un animalillo así tenga tan buen gusto…

-Pues lo tiene ¡Ya te digo yo que lo tiene!

Y así, entre risas y confidencias, llegaron a la fiesta, como si fueran amigas de

toda la vida.

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