domingo, 16 de junio de 2013

Capitulo 17


Había algo en el interior de Valeria que la corroía, ¿La culpa? “¿Por qué lo he hecho? ¡Necesito irme de aquí!” -pensaba mientras recogía sus cosas intentando hacer el menor ruido. Esperaba poder salir de allí sin despertar a Cristian ni dar explicaciones.

Sentía que estaba traicionando a Javi. Ese viaje le estaba sirviendo para abrirle los ojos: necesitaba a Javi a su lado. A pesar de todo lo que había pasado con él, lo quería y eso no lo podía negar.

El sonido de su móvil despertó a Miriam. Se escabulló de entre los brazos de Pablo para alcanzarlo.

“Estoy abajo, puedo subir?”

Miriam resopló al sentir que Pablo volvió a entrelazar su cuerpo con el de ella. Había pasado toda la noche deseando que fuera Héctor quien estuviera a su lado.

“Por supuesto! Dame 5 minutos que voy a echar a Pablo”

- ¡Levántate! Tienes que irte. Valeria está abajo esperando para poder subir. -Dijo Miriam de forma brusca.

- ¡Joder! Buenos días a ti también…

- No me levanto de buen humor por las mañanas.

- ¿Ni siquiera después de pasar una noche caliente? –Dijo Pablo cambiando el tono de su voz y acercándose a besarla. -Yo puedo hacer aquí y ahora que tu humor cambie.

- Hoy va a ser que no.

- Hoy, pero… ¿Y mañana?

- Si te vas en menos de 2 minutos me lo pienso.

- Está bien, ya me voy. Pero esta noche tendrás que compensarme, preciosa.

Aquella última palabra hizo que todo el cuerpo de Miriam se tensara en un instante. Era la forma en que Héctor la llamaba. Cada vez se sentía peor. ¿Cómo podía estar allí, en la cama con un tío y pensando en otro? ¿Por qué se sentía tan mal si ella era libre?

- ¡Lárgate de aquí! –Dijo levantando la voz, cargando sobre Pablo toda su frustración.

- ¿Pero qué te pasa ahora?

- ¡Largo! -Dijo empujándolo hacia la puerta.

Al abrir la puerta, Pablo se encontró con Valeria que ya estaba esperando en el pasillo, para poder entrar a su habitación.

- ¡Buenos días! -Ten cuidado con ella que está que muerde.

- Eso ya te lo hizo a ti anoche. -Dijo Val divertida mientras le señalaba el cuello y cerraba la puerta.

- Siéntate ahora mismo y cuéntame que hiciste anoche con Cristian.

- Viendo el cuello de Pablo y el estado de la cama, creo que lo mismo que tú.

Ambas chicas se sentaron al borde de la cama mientras se reían.

- ¿Te puedes creer que le tuve que pedir que se quitara los calcetines? –Dijo Miriam aún entre carcajadas. Valeria siempre conseguía devolverle el buen humor.

- ¿Te puedes creer tú que yo vuelvo a ir sin bragas?

- ¿Pero tú qué haces con la ropa interior? ¿Siempre la dejas de recuerdo? ¡Mira, ya se que regalarte para tu cumpleaños!

- Jajaja! Cristian se encargó de que quedaran inservibles en el baño.

- Eso es un macho español y lo demás tonterías.

- No te creas. De tanto ímpetu que le puso no me duró nada, aunque luego lo compensamos. Varias veces, además.

- Al menos le puso ímpetu, porque Pablo parecía muy ardiente pero a la hora de la verdad… Val, ¿Puedo preguntarte algo? –Dijo Miriam poniéndose seria de pronto.

- Claro. ¿Qué pasa? 

- Tú quieres a Javi. Entonces, ¿Por qué acabaste anoche con Cristian?

- ¿Por qué lo has hecho tú? Se supone que te gusta Héctor. O eso creía yo…

- Ahí me has dado. Pero es que no puedo evitarlo. Cada vez que un hombre se acerca a mi demasiado o salgo huyendo o hago algo para que sea él quien se aleje, y después de las fotos que subiste anoche…. No creo que Héctor vuelva a dirigirme la palabra. Si no dejo que me conozcan o que se acerquen lo suficiente para hacerlo, no podrán hacerme daño.

- Así sólo te haces daño a ti misma, además de engañarte. Tarde o temprano tendrás que dejar de huir y enfrentarte a lo que sientes.

- Y tú, ¿Me vas a contar ya por qué te liaste con Cristian?

- Ya sabes que Cristian me atrajo desde la primera vez que lo vi en el aeropuerto, y necesitaba saber si lo que sentía por él era sólo atracción física o si por el contrario podría llegar a sentir algo más. Aunque también había un poco de venganza hacia Javi… ¡Las cosas como son!

- ¿Y a que conclusión has llegado?

- Que quiero y necesito a Javi más de lo que pensaba. –Después de un silencio por ambas partes, añadió: Aunque no te voy a negar que la noche de ayer estuvo muy pero que muy bien…

- ¡Eres de lo que no hay! Pero me alegro de que te haya servido para aclararte. Así que a la vuelta a casa ya sabes lo que tienes que hacer. Y hasta entonces vamos a disfrutar de esta magnífica ciudad y de todo lo que ofrece.

- ¡Modo Turista On!

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