miércoles, 26 de junio de 2013

Capitulo 19


Desde año nuevo las chicas se mostraron frías y distantes con Pablo y Cristian, evitándolos siempre que les fue posible, hasta el día de su regreso, ya que debían coger el vuelo juntos.
- ¿Hay que quedar con ellos otra vez? -Dijo Miriam con desgana.

- ¡Si, ves moviendo el culo! Educación ante todo. A esto no podemos decir que no, ya que volvemos todos a casa en el mismo vuelo. Ya nos libraremos de ellos al llegar a España.
- ¡Que pereza me da!

- Ya se que la hemos cagado. No hace falta que me lo recuerdes. Pero lo hecho, hecho está, y ya no lo podemos cambiar.
- Tienes razón. Vamos a enfrentarnos a ellos por última vez.

 
Al llegar al aeropuerto…
- ¿Qué os pasa chicas? Estáis muy calladas. -Dijo Cristian intentando agarrar a Val que se escabulló como pudo de sus manos.

- Nada, sólo que no teníamos ganas de volver a casa tan pronto.
Intentaron disimular la incomodidad que sentían por estar encerradas con ellos tanto tiempo en un espacio tan pequeño, pero no tuvieron mucho éxito.

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Héctor sacó su teléfono para mandarle un mensaje a su amigo.
"Que turno llevas hoy?"

"Estoy currando ahora, por qué?"
"Genial! Yo he conseguido el día libre. Te recojo cuando salgas y nos vamos a Madrid"

"A Madrid? Tío, o te explicas mejor o deja lo que te estés metiendo. No se nos ha perdido nada en Madrid!"
"Gracias a un colega, se en que vuelo y a que hora llegan las chicas. No se tú, pero yo no puedo esperar ni un segundo más"

"Recógeme a las tres en el P1"
Javi sabía que no debía ir a Madrid. Seguro que cuando Val lo viera se pondría histérica. Val y sus cambios de humor. Cómo le gustaba su forma de ser. Cómo le gustaba ella… Pero otra parte de él le decía que tenía que ir. Necesitaba verla. Así que a las tres en punto se montaba en el coche con Héctor, rumbo a buscar a la mujer de su vida.

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A Val y Miriam el viaje se les hizo más largo de lo normal. Todo lo contrario de lo que les pasó con el viaje de ida.

A eso de las ocho de la tarde llegaron al aeropuerto de Madrid. Se dirigieron todo el grupo a coger sus maletas sin saber que ellas estaban vigiladas desde no muy lejos por Javier y Héctor, que no perdían ni un detalle de sus movimientos.
- Como ese tío vuelva a rozar a Val te juro que le parto la cara.

- Tranquilo ¿No ves como ella le rehúye?
- Si, pero esta chica nunca sabes como va a reaccionar. Te lo digo yo.



- Val, ¿Qué te pasa conmigo? Desde que desapareciste en Nochevieja estás muy rara. ¿Qué he hecho mal? –Suplicó Cristian con tono de desesperación.
- No has hecho nada mal. La que la ha cagado he sido yo. No debí haberme acostado contigo.

- Pero yo pensaba que te gustaba. Que sentías atracción hacia mí. Aunque solo fuera un poco...
- No es eso. Eres un chico encantador, de verdad. Y físicamente me encantas, pero lo que pasó entre nosotros me ha servido para darme cuenta de que realmente estoy enamorada de otra persona y no puedo hacer nada contra eso.

- Me alegro de que por fin hayas sido sincera conmigo y me alegro por ti, aunque no tanto por mi… -Contestó con una sonrisa tímida mientras cogía a Val de la mano. –¿Puedo pedirte una última cosa antes de separarnos?
- Si, claro.

- ¿Puedo darte un beso de despedida?
- Después de cómo me he portado contigo, no te lo puedo negar.

Cogió la cara de Val con ambas manos, suavemente, y le dio un delicado y corto beso en los labios, con sabor al adiós que se acercaba.
- Gracias por haber aparecido en mi vida, y para lo que quieras, sabes que tienes un amigo en Madrid.

- Lo se. Y gracias a ti por aguantarme. Y para lo que quieras, ya sabes que Zaragoza está a la vuelta de la esquina.
 

- ¿Pero que narices está haciendo ese gilipollas? Lo siento Héctor, pero no aguanto más. Voy a por ella.
- ¡Estás loco!

- Si, pero por ella.

Javier echó a correr por la sala como si le fuera la vida en ello. En ese momento, Val sintió que alguien se acercaba. Se separó unos centímetros de Cristian y entonces vio a Javier. Su cara de felicidad lo decía todo. “¿Qué hace aquí? ¡Está loco! Pero lo quiero tanto…”  Y sin pensárselo echó a correr hacia él, y de un saltó se colgó de su cuello sin parar de sonreír.
- Te echaba de menos pequeña. –Dijo un sonriente Javier que todavía no se creía que Val hubiera reaccionado así al verlo.

- Y yo a ti… Aunque eso no quita para que tengamos una conversación pendiente.
- Lo sé. Cuando volvamos a casa hablamos todo lo que quieras pero no me vuelvas a dejar.

- Nunca. –Esa simple palabra unida al beso de reconciliación hicieron que los dos sonrieran como dos tontos enamorados.

Cristian, unos metros más atrás, observaba la escena mientras comprendía que ese moreno que acaba de llegar, era el amor de Val.
- Lo siento. –Le dijo Miriam sacándolo de sus pensamientos- Están enamorados aunque les haya costado reconocerlo.

- Ya me estoy dando cuenta. Me alegro de que ella haya encontrado al hombre de su vida. En cambio, yo creo que lo acabo de perder.


Héctor ni siquiera se acercó. Continuó mirando a Miriam desde la distancia. Las fotos que había visto le habían dolido y herido el orgullo. Cuando trazó el plan de ir a buscarlas le pareció una perfecta idea, pero ahora….

Miriam inquieta ante la intensa mirada de Héctor se deshizo del abrazo de Pablo y se dirigió hacia él.
- Hola, ¿Cómo sabíais cuando veníamos? –preguntó con cautela.

- Vamos pareja. Tengo el coche fuera. –Dijo Héctor dando la espalda a Miriam, lo que hizo que ésta se molestara y empezara a caminar en dirección opuesta.
- ¿Dónde vas? –Le preguntó Val.

- Yo me vuelvo en el AVE.
- ¡Pero si hasta mañana no sale! No hagas más tonterías –Dijo su amiga bajando la voz.

- ¡Chicos! -Gritó hacia el grupo que acababan de dejar –¿Alguno me acoge? Es que el AVE no me sale hasta mañana…
Héctor giró sobre sus talones. No iba a tolerar que se fuera con ese tío delante de sus narices por muy molesto que estuviera con ella. Cogió a Miriam y se la echó al hombro sin mediar palabra.

- ¿Que coño estas haciendo? ¡Suéltame!
- ¡Tú te vienes conmigo! -Al oír el tono autoritario de su voz Miriam dejó de patalear y chillar.

- Vale, pero bájame.
- No hasta que te haya metido dentro del coche.

En el camino de vuelta, Javi y Val no podían apartar las manos el uno del otro, mientras que entre Miriam y Héctor la tensión era palpable.

2 comentarios:

  1. Me encantaa!!! Esperaba la llegada con unas ganas... y la verdad ha sido mejor de lo que esperaba!

    Miriam para estar arrepentida le puede la chuleria un poco jejejeje
    Ganas de leer como sigue. Un beso :)

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    1. Me alegro un monton de que te haya gustado!!
      Nosotras, a este capitulo, tambien le tenemos un cariño especial...
      Un beso!! :)

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