domingo, 30 de junio de 2013

Capitulo 20


Al llegar a Zaragoza, Javi y Val se quedaron en casa de éste. Tenían asuntos pendientes que era hora de resolver.
Cuando Val entró en casa de Javier sintió como si el tiempo no hubiera pasado. Todo seguía igual. Incluso él todavía conservaba en el salón alguna foto de los dos juntos “¿Por qué no me di cuenta de todos estos detalles la última noche que estuve aquí?”

- No se por donde empezar, Val –Le dijo mientras la sentaba a su lado en el sofá.
- Todo iba bien entre nosotros. En ese momento, era la mujer más feliz del mundo. Creía que nada ni nadie podía estropearlo. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me dejaste para irte con esa guarra? Porque no se le puede llamar otra cosa…

- Me dijo que estaba embarazada. Y yo la creí. Por el tiempo que tú y yo llevábamos juntos y por el tiempo que hacía que lo había dejado con ella, podía ser mío perfectamente. La creí y me arrepiento.
- ¡Todos veíamos que esa tía te estaba utilizando, menos tú! Y lo peor no es que creyeras que ese hijo podía ser tuyo, lo peor es que me echaras a mí a un lado para volver con ella. ¿Tanto te hubiera costado criar a ese hijo mientras tenías una relación conmigo?

- Val, te puedo asegurar que todos los días me arrepiento de lo que hice y de no haber tenido el valor de hablar contigo y darte una explicación. Fui un cobarde.
- Eso ya me quedó claro –Dijo Valeria intentando disimular su sonrisa.

- Pero los meses pasaron, el niño nació y gracias a unas estupendas pruebas de paternidad, quedó más que claro que ese niño no es mío. Ahora estará sacándole el dinero a otro y yo por fin tengo el valor de poder hablar contigo cara a cara.
- ¿Has vuelto a verla desde que nació la dichosa criatura? –Val no podía disimular al hablar, el desprecio que sentía hacia ella.

- Por suerte, no la he vuelto a ver.
- Te puedo asegurar que como algún día me la encuentre, de su preciosa cabellera rubia oxigenada no le quedará a salvo ni un pelo.

- Jajaja! ¡Harás bien en cobrarte lo que nos hizo! Porque nos lo hizo a los dos. Por su culpa me alejé de ti. No me lo voy a perdonar nunca. Pero cuando me enteré de que tú ibas a hacer las fotos del calendario, me di cuenta de que era mi oportunidad para recuperarte.
- Si te soy sincera, cuando me ofrecieron ese trabajo, lo acepté por ti. En el fondo me moría de ganas de verte aunque mi cabeza se negara. A pesar de los meses que habían pasado desde que lo dejamos y de todo el daño que me hiciste, no fui capaz de olvidarte.

- Y la noche que estuvimos juntos, ¿Por qué huiste? Todavía no lo entiendo…
- Sentí miedo. Miedo de volver a enamorarme más de ti y que me volvieras a hacer daño. No quiero volver a pasar por lo mismo.

- No va a volver a pasar eso. Tú eres mi pequeña. Lo que más quiero en este mundo. Yo tampoco te he podido sacar de mi cabeza durante este tiempo. Volvamos a empezar de cero. Como si todo lo malo que pasó, nunca hubiera pasado.
- Volver a estar contigo… Suena bien, ¿Verdad? –Contestó Valeria sin poder disimular su sonrisa.

- Suena muy bien, amor. Aunque necesito que me contestes a una última cosa ¿Quién era el chico con el que estuviste en NY y al que le regalaste ese beso en el aeropuerto?
-  Un amigo que me ha ayudado a entender que de quien de verdad estoy enamorada es de mi moreno de sonrisa cautivadora.

- Eres el mejor regalo de Reyes que pueda tener.
- Un regalo de los que duran toda la vida… -Le susurró a Javi en los labios mientras se sentaba encima de él y se daban un beso lleno de todo el amor que sentían.

 

Mientras, Miriam y Héctor sumidos en un completo silencio se dirigieron a casa de ella.
- Gracias por traerme -Dijo ella mientras intentaba abrir la puerta del coche.

Él observó con gesto severo sus inútiles intentos.
- ¿Vas a quitar el seguro?

- No -Contestó Héctor de forma cortante.
- ¿Qué pasa, estoy detenida? -preguntó ella con ironía.

- Si es necesario....
- Espera, que aún hay más después del numerito de Neanderthal del aeropuerto.

- Esta vez no vas a largarte sin escucharme y darme una explicación.
- ¿Explicación?

- ¿Quien es ese tío?
- No te importa. Que yo recuerde tú y yo no tenemos nada.

- ¡Basta ya! -Dijo él cerrando con fuerza los puños- ¿A que juegas?
- ¿A que juego yo? ¡Eres tú el que me tiene aquí encerrada!

- No aguanto más, Miriam. Has pasado mi límite. Me usaste para quitarte de encima a ese estúpido, no me coges el teléfono, me pides espacio y te lo doy sin rechistar, veo fotos tuyas abrazando y besando a otro y encima te pones chula cuando te pregunto. No voy a arrastrarme. Ya tienes la puerta abierta. Sólo te pido una cosa: Olvídame en cuanto salgas del coche. Yo intentaré hacer lo mismo.
Héctor se giró para mirar al frente poniendo las manos en el volante. Sus nudillos estaban blancos de la fuerza con la que lo agarraba. Le acababa de dar un ultimátum a Miriam y no sabia como iba a reaccionar, pero se estaba volviendo loco. Si ella deseaba marchar no la retendría. No iba a seguir luchando por algo sin futuro.

Miriam se estremeció al escuchar las palabras de Héctor. Se había portado fatal con él. Lo sabia, pero escucharlo de su boca, era diferente…
Héctor no había desaparecido ante el comportamiento de ella, como hacían todos. Él había dejado la decisión en sus manos: si no volvía a verle, la culpa iba a ser exclusivamente suya. ¿Iba a poder olvidarle? ¿Era capaz de cambiar y dejar de hacer daño a ambos?

- Un error -Dijo de repente ella en un tono de voz apenas audible.
- ¿Qué has dicho?

- Me has preguntado por ese tío –hablaba sin dejar de mirarse las manos- Y yo te digo que fue un error.
Héctor, perplejo, no sabia como reaccionar. Estaba preparado para excusas burdas, gritos, incluso que se fuera, pero no para la sinceridad y el arrepentimiento que sintió en sus palabras y su gesto.

- Adiós Héctor. -Dijo Miriam bajando del coche ante su silencio, pero pronto se vio rodeada por sus fuertes brazos.
- No te presionaré, pero necesito entender por qué haces esto. ¿Llegarás a contármelo algún día?

- Te lo prometo. -Contestó antes de fundirse en un apasionado beso.

miércoles, 26 de junio de 2013

Capitulo 19


Desde año nuevo las chicas se mostraron frías y distantes con Pablo y Cristian, evitándolos siempre que les fue posible, hasta el día de su regreso, ya que debían coger el vuelo juntos.
- ¿Hay que quedar con ellos otra vez? -Dijo Miriam con desgana.

- ¡Si, ves moviendo el culo! Educación ante todo. A esto no podemos decir que no, ya que volvemos todos a casa en el mismo vuelo. Ya nos libraremos de ellos al llegar a España.
- ¡Que pereza me da!

- Ya se que la hemos cagado. No hace falta que me lo recuerdes. Pero lo hecho, hecho está, y ya no lo podemos cambiar.
- Tienes razón. Vamos a enfrentarnos a ellos por última vez.

 
Al llegar al aeropuerto…
- ¿Qué os pasa chicas? Estáis muy calladas. -Dijo Cristian intentando agarrar a Val que se escabulló como pudo de sus manos.

- Nada, sólo que no teníamos ganas de volver a casa tan pronto.
Intentaron disimular la incomodidad que sentían por estar encerradas con ellos tanto tiempo en un espacio tan pequeño, pero no tuvieron mucho éxito.

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Héctor sacó su teléfono para mandarle un mensaje a su amigo.
"Que turno llevas hoy?"

"Estoy currando ahora, por qué?"
"Genial! Yo he conseguido el día libre. Te recojo cuando salgas y nos vamos a Madrid"

"A Madrid? Tío, o te explicas mejor o deja lo que te estés metiendo. No se nos ha perdido nada en Madrid!"
"Gracias a un colega, se en que vuelo y a que hora llegan las chicas. No se tú, pero yo no puedo esperar ni un segundo más"

"Recógeme a las tres en el P1"
Javi sabía que no debía ir a Madrid. Seguro que cuando Val lo viera se pondría histérica. Val y sus cambios de humor. Cómo le gustaba su forma de ser. Cómo le gustaba ella… Pero otra parte de él le decía que tenía que ir. Necesitaba verla. Así que a las tres en punto se montaba en el coche con Héctor, rumbo a buscar a la mujer de su vida.

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A Val y Miriam el viaje se les hizo más largo de lo normal. Todo lo contrario de lo que les pasó con el viaje de ida.

A eso de las ocho de la tarde llegaron al aeropuerto de Madrid. Se dirigieron todo el grupo a coger sus maletas sin saber que ellas estaban vigiladas desde no muy lejos por Javier y Héctor, que no perdían ni un detalle de sus movimientos.
- Como ese tío vuelva a rozar a Val te juro que le parto la cara.

- Tranquilo ¿No ves como ella le rehúye?
- Si, pero esta chica nunca sabes como va a reaccionar. Te lo digo yo.



- Val, ¿Qué te pasa conmigo? Desde que desapareciste en Nochevieja estás muy rara. ¿Qué he hecho mal? –Suplicó Cristian con tono de desesperación.
- No has hecho nada mal. La que la ha cagado he sido yo. No debí haberme acostado contigo.

- Pero yo pensaba que te gustaba. Que sentías atracción hacia mí. Aunque solo fuera un poco...
- No es eso. Eres un chico encantador, de verdad. Y físicamente me encantas, pero lo que pasó entre nosotros me ha servido para darme cuenta de que realmente estoy enamorada de otra persona y no puedo hacer nada contra eso.

- Me alegro de que por fin hayas sido sincera conmigo y me alegro por ti, aunque no tanto por mi… -Contestó con una sonrisa tímida mientras cogía a Val de la mano. –¿Puedo pedirte una última cosa antes de separarnos?
- Si, claro.

- ¿Puedo darte un beso de despedida?
- Después de cómo me he portado contigo, no te lo puedo negar.

Cogió la cara de Val con ambas manos, suavemente, y le dio un delicado y corto beso en los labios, con sabor al adiós que se acercaba.
- Gracias por haber aparecido en mi vida, y para lo que quieras, sabes que tienes un amigo en Madrid.

- Lo se. Y gracias a ti por aguantarme. Y para lo que quieras, ya sabes que Zaragoza está a la vuelta de la esquina.
 

- ¿Pero que narices está haciendo ese gilipollas? Lo siento Héctor, pero no aguanto más. Voy a por ella.
- ¡Estás loco!

- Si, pero por ella.

Javier echó a correr por la sala como si le fuera la vida en ello. En ese momento, Val sintió que alguien se acercaba. Se separó unos centímetros de Cristian y entonces vio a Javier. Su cara de felicidad lo decía todo. “¿Qué hace aquí? ¡Está loco! Pero lo quiero tanto…”  Y sin pensárselo echó a correr hacia él, y de un saltó se colgó de su cuello sin parar de sonreír.
- Te echaba de menos pequeña. –Dijo un sonriente Javier que todavía no se creía que Val hubiera reaccionado así al verlo.

- Y yo a ti… Aunque eso no quita para que tengamos una conversación pendiente.
- Lo sé. Cuando volvamos a casa hablamos todo lo que quieras pero no me vuelvas a dejar.

- Nunca. –Esa simple palabra unida al beso de reconciliación hicieron que los dos sonrieran como dos tontos enamorados.

Cristian, unos metros más atrás, observaba la escena mientras comprendía que ese moreno que acaba de llegar, era el amor de Val.
- Lo siento. –Le dijo Miriam sacándolo de sus pensamientos- Están enamorados aunque les haya costado reconocerlo.

- Ya me estoy dando cuenta. Me alegro de que ella haya encontrado al hombre de su vida. En cambio, yo creo que lo acabo de perder.


Héctor ni siquiera se acercó. Continuó mirando a Miriam desde la distancia. Las fotos que había visto le habían dolido y herido el orgullo. Cuando trazó el plan de ir a buscarlas le pareció una perfecta idea, pero ahora….

Miriam inquieta ante la intensa mirada de Héctor se deshizo del abrazo de Pablo y se dirigió hacia él.
- Hola, ¿Cómo sabíais cuando veníamos? –preguntó con cautela.

- Vamos pareja. Tengo el coche fuera. –Dijo Héctor dando la espalda a Miriam, lo que hizo que ésta se molestara y empezara a caminar en dirección opuesta.
- ¿Dónde vas? –Le preguntó Val.

- Yo me vuelvo en el AVE.
- ¡Pero si hasta mañana no sale! No hagas más tonterías –Dijo su amiga bajando la voz.

- ¡Chicos! -Gritó hacia el grupo que acababan de dejar –¿Alguno me acoge? Es que el AVE no me sale hasta mañana…
Héctor giró sobre sus talones. No iba a tolerar que se fuera con ese tío delante de sus narices por muy molesto que estuviera con ella. Cogió a Miriam y se la echó al hombro sin mediar palabra.

- ¿Que coño estas haciendo? ¡Suéltame!
- ¡Tú te vienes conmigo! -Al oír el tono autoritario de su voz Miriam dejó de patalear y chillar.

- Vale, pero bájame.
- No hasta que te haya metido dentro del coche.

En el camino de vuelta, Javi y Val no podían apartar las manos el uno del otro, mientras que entre Miriam y Héctor la tensión era palpable.

miércoles, 19 de junio de 2013

Capitulo 18


Y mientras Miriam y Valeria planeaban su viaje a Nueva York, Héctor y Javier también estaban pensando en…

- ¡Hola! ¿Qué te parece si nos vamos juntos de cotillón? –Soltó Héctor cuando Javi le contestó al teléfono.
- ¡Genial! Este año no me toca trabajar en nochevieja. Necesito salir y me está matando el no saber ni poder hacer nada. ¿Tú sabes algo de Miriam?

- Si, al final me mandó un Whatsapp diciéndome que se iba fuera. Supongo que estarán juntas.
- Creo que eso me preocupa más.

- A mi también. Juntas son un peligro, pero confiemos en ellas y démosles el tiempo que necesitan.
- ¿Qué habías pensado para la última noche del año?

- Olvidarnos de todo corriéndonos una buena juerga.
- ¡Me apunto!

 

Unos días más tarde…

- ¡Feliz año nuevo! –Dijo Héctor extendiendo su mano para estrechar la de Javi.

- Están en Nueva York –Contestó Javier con gesto serio sin apartar la vista de su teléfono.

- ¿De qué estás hablando? Creo que has bebido demasiado champán con las uvas –comentó Héctor entre risas.
- Val y Miriam están en NY y no te va a gustar lo que te voy a enseñar.

Javi le tendió el móvil a Héctor. Éste lo cogió sin entender que quería decir su amigo. ¿Qué era lo que no le iba a gustar?
Pronto obtuvo la respuesta a esa pregunta. Su cuerpo se fue tensando conforme iba pasando las fotos.

- ¿Qué hace ese abrazando a Miriam? ¡Es mia! -Bramó Héctor con furia.
- Pues ella o no lo sabe o no está de acuerdo.

- ¿Y Val? ¿No habíais vuelto?
- Creo que me la está devolviendo. No niego que me la merezca pero esta vez se ha pasado. Voy a llamarla. –Soltó Javi con una rabia contenida patente en cada centímetro de su cuerpo.

- ¡Quieto! A esto podemos jugar todos. Ellas se lo han buscado…
- Juega tú si quieres. Yo ya estoy cansado. Le hice mucho daño y no quiero volver a cagarla. Necesito hablar con ella y arreglar las cosas.

- ¿No te dijo que hablaría contigo a la vuelta? Pues espérate a que vuelva. No la llames ahora. ¡Disfruta de la noche!
- No te falta razón. Bebamos y olvidemos lo que acabamos de ver. Y que sepas que si quieres darle un escarmiento a Miriam, yo te ayudo en lo que quieras.

- ¡Gracias hermano! –Y levantando sus copas brindaron por el año nuevo


No pararon de reír y bromear en toda la noche, pero ambos tenían sus pensamientos a miles de kilómetros de allí, concretamente en Nueva York. No dejaron de estar rodeados en ningún momento por mujeres realmente bellas. Javier les daba conversación por educación, pero tenía muy claro que no se podía permitir ni un solo error más con Valeria. Por su parte, Héctor no paró de tontear con unas y con otras, pero ninguna era Miriam.
- ¿Qué le pasa a tu amigo? -Preguntó una de esas chicas a Héctor -¿Es gay?

- ¿Qué dices? -Dijo Héctor con una sonora carcajada mirando a su amigo. -Él ya está pillado, chicas.
- ¿Y tú? ¿Por qué no nos acompañas un rato?

Las dos mujeres se dirigieron hacia la salida del local pero cuando Héctor fue a seguirlas notó una mano que lo sujetaba del brazo.
- ¿Qué vas a hacer? -Preguntó Javier.

- ¿Te hago un plano?
Aquella respuesta molestó a Javier.

- Por mi como si te la pica un pollo, pero borracho y cabreado no deberías hacer esto. Si te vas con ellas, perderás a Miriam. Si algo he aprendido de las mujeres es que algo así no va a perdonártelo nunca.
- ¿Y yo tengo que cruzarme de brazos mientras ella esta con otro? Además, no tendría porque enterarse.

- No he dicho eso, sólo que ésta no es la solución. Las mujeres son peor que la CIA. Se enteran de todo, pero cuando quieren que algo no se sepa... No te puedo decir por qué lo están haciendo, pero estoy seguro que querían que nos enteráramos.
- ¿Nos están poniendo a prueba? -Dijo de repente Héctor.

- No se si a nosotros o a ellas mismas, pero si te vas tras esas chicas despídete de Miriam. Es tu decisión.
- Ya pueden tener una buena explicación a la vuelta. Te invito a otra.

domingo, 16 de junio de 2013

Capitulo 17


Había algo en el interior de Valeria que la corroía, ¿La culpa? “¿Por qué lo he hecho? ¡Necesito irme de aquí!” -pensaba mientras recogía sus cosas intentando hacer el menor ruido. Esperaba poder salir de allí sin despertar a Cristian ni dar explicaciones.

Sentía que estaba traicionando a Javi. Ese viaje le estaba sirviendo para abrirle los ojos: necesitaba a Javi a su lado. A pesar de todo lo que había pasado con él, lo quería y eso no lo podía negar.

El sonido de su móvil despertó a Miriam. Se escabulló de entre los brazos de Pablo para alcanzarlo.

“Estoy abajo, puedo subir?”

Miriam resopló al sentir que Pablo volvió a entrelazar su cuerpo con el de ella. Había pasado toda la noche deseando que fuera Héctor quien estuviera a su lado.

“Por supuesto! Dame 5 minutos que voy a echar a Pablo”

- ¡Levántate! Tienes que irte. Valeria está abajo esperando para poder subir. -Dijo Miriam de forma brusca.

- ¡Joder! Buenos días a ti también…

- No me levanto de buen humor por las mañanas.

- ¿Ni siquiera después de pasar una noche caliente? –Dijo Pablo cambiando el tono de su voz y acercándose a besarla. -Yo puedo hacer aquí y ahora que tu humor cambie.

- Hoy va a ser que no.

- Hoy, pero… ¿Y mañana?

- Si te vas en menos de 2 minutos me lo pienso.

- Está bien, ya me voy. Pero esta noche tendrás que compensarme, preciosa.

Aquella última palabra hizo que todo el cuerpo de Miriam se tensara en un instante. Era la forma en que Héctor la llamaba. Cada vez se sentía peor. ¿Cómo podía estar allí, en la cama con un tío y pensando en otro? ¿Por qué se sentía tan mal si ella era libre?

- ¡Lárgate de aquí! –Dijo levantando la voz, cargando sobre Pablo toda su frustración.

- ¿Pero qué te pasa ahora?

- ¡Largo! -Dijo empujándolo hacia la puerta.

Al abrir la puerta, Pablo se encontró con Valeria que ya estaba esperando en el pasillo, para poder entrar a su habitación.

- ¡Buenos días! -Ten cuidado con ella que está que muerde.

- Eso ya te lo hizo a ti anoche. -Dijo Val divertida mientras le señalaba el cuello y cerraba la puerta.

- Siéntate ahora mismo y cuéntame que hiciste anoche con Cristian.

- Viendo el cuello de Pablo y el estado de la cama, creo que lo mismo que tú.

Ambas chicas se sentaron al borde de la cama mientras se reían.

- ¿Te puedes creer que le tuve que pedir que se quitara los calcetines? –Dijo Miriam aún entre carcajadas. Valeria siempre conseguía devolverle el buen humor.

- ¿Te puedes creer tú que yo vuelvo a ir sin bragas?

- ¿Pero tú qué haces con la ropa interior? ¿Siempre la dejas de recuerdo? ¡Mira, ya se que regalarte para tu cumpleaños!

- Jajaja! Cristian se encargó de que quedaran inservibles en el baño.

- Eso es un macho español y lo demás tonterías.

- No te creas. De tanto ímpetu que le puso no me duró nada, aunque luego lo compensamos. Varias veces, además.

- Al menos le puso ímpetu, porque Pablo parecía muy ardiente pero a la hora de la verdad… Val, ¿Puedo preguntarte algo? –Dijo Miriam poniéndose seria de pronto.

- Claro. ¿Qué pasa? 

- Tú quieres a Javi. Entonces, ¿Por qué acabaste anoche con Cristian?

- ¿Por qué lo has hecho tú? Se supone que te gusta Héctor. O eso creía yo…

- Ahí me has dado. Pero es que no puedo evitarlo. Cada vez que un hombre se acerca a mi demasiado o salgo huyendo o hago algo para que sea él quien se aleje, y después de las fotos que subiste anoche…. No creo que Héctor vuelva a dirigirme la palabra. Si no dejo que me conozcan o que se acerquen lo suficiente para hacerlo, no podrán hacerme daño.

- Así sólo te haces daño a ti misma, además de engañarte. Tarde o temprano tendrás que dejar de huir y enfrentarte a lo que sientes.

- Y tú, ¿Me vas a contar ya por qué te liaste con Cristian?

- Ya sabes que Cristian me atrajo desde la primera vez que lo vi en el aeropuerto, y necesitaba saber si lo que sentía por él era sólo atracción física o si por el contrario podría llegar a sentir algo más. Aunque también había un poco de venganza hacia Javi… ¡Las cosas como son!

- ¿Y a que conclusión has llegado?

- Que quiero y necesito a Javi más de lo que pensaba. –Después de un silencio por ambas partes, añadió: Aunque no te voy a negar que la noche de ayer estuvo muy pero que muy bien…

- ¡Eres de lo que no hay! Pero me alegro de que te haya servido para aclararte. Así que a la vuelta a casa ya sabes lo que tienes que hacer. Y hasta entonces vamos a disfrutar de esta magnífica ciudad y de todo lo que ofrece.

- ¡Modo Turista On!

miércoles, 12 de junio de 2013

Capitulo 16


Dicen que hay que beber para olvidar, pero por más que bebía Valeria, no era capaz de sacarse a Javi de la cabeza. Desde que había conocido a Cristian, cada vez sentía algo más fuerte por Javier. No podía negar que Cristian le atraía. Mucho. Hasta límites que le daba miedo reconocer, pero lo que sentía por el chico-de-sonrisa-enamoradiza era mucho más fuerte.

- Te doy un dólar por tus pensamientos.

Val se giró y se encontró con los ojos cautivadores de Cristian.

- No creo que te guste saber lo que estoy pensando. –Respondió Val, sabiendo lo que el chico pretendía hacer con ella. ¿Quería ella realmente lo mismo? Aunque quizá una buena ración de sexo fuera lo mejor para acabar con el fantasma desnudo de Cristian en su cabeza y acabar de aclarar lo que sentía por Javi.

- Si estás pensando maldades, no se si quiero escucharlas…

- Igual hay maldades que si que te gustan… -le susurró Val al oído haciendo que a Cristian se le erizara el vello de todo el cuerpo.

- ¿Me estás queriendo decir algo?

- Bueno, quizás si… ¿Te gusta hacer locuras?

- Me gustas tú. Creo que eso es motivo suficiente para hacer todo lo que me pidas.

- Hmmmm… me gusta que estés tan dispuesto. Para T-O-D-O.

- ¿Sabes una cosa, morena? Tú has sido mi primer y único deseo de Año Nuevo.

Al escuchar aquellas palabras, Valeria pensó que su deseo no había sido con él. Tenía a otra persona en mente, pero ella había empezado ese juego esa noche, y ahora no se podía echar atrás.

- Pues espero estar a la altura de tu deseo, al menos por esta noche. –Contestó con sonrisa pícara.

 

Mientras, Miriam se divertía con el resto del grupo pero sin dejar de observar a Valeria en ningún momento “¿Qué está haciendo esta loca? No será capaz de liarse con él…”

Pablo, por su parte, se reía ante la situación que estaba viviendo su amigo, Y es que, Cristian, siempre había sido el cazador, pero esta vez el cazado había sido él. “Cambio de papeles”, pensó Pablo mientras seguía sin dejar de reir.

Viendo el exito de su amigo, se acercó bailando sensualmente hacia Miriam, la abrazó por la cintura y empezo a bailar con ella, que pronto entró en el juego de aquel chico provocándose mutuamente. Ella necesitaba demostrarse a si misma que Héctor no le importaba y tener algo con su nuevo amigo le pareció la mejor opcion para echar al otro de su vida. Algo que esperaba que no le costara mucho, ya que prácticamente a Héctor no lo conocía.


- Mirala... ¡La que me decia loca! -Comentó Valeria divertida.

- Déjalos tranquilos y vámonos juntos al baño. Te recuerdo que tengo un deseo pendiente... -Dijo Cristian con la voz ronca y un tono muy sexy.

- Dame un segundo que antes quiero hacer una cosa.
 

Algo llamó la atencion de Miriam mientras besaba a Pablo y permitía que las manos de éste se perdieran por su cuerpo.

- ¿Qué estás haciendo? -Preguntó a Val, intentando poner cara de enfado, pero sin mucho éxito.

- ¿Yo? Nada. -Respondió poniendo cara de niña buena- Esta foto para el facebook.

- ¡Ni se te ocurra!

- ¡Tarde! Y como sigáis así voy a tener que poner rombos a las fotos... ¡Controlar vuestra furia española! –Comentó una divertida Val sin poder controlar su risa.

- ¿Acaso tú la estás controlando?

- Yo tengo todo bajo control. De hecho, me voy al baño. Luego vuelvo...

- ¿Voy contigo?

- No, gracias. Ya me acompañan. –Y guiñando un ojo a su amiga se fue, perdiéndose entre la multitud, de la mano de Cristian.
 

Miriam no entendia lo que estaba haciendo su amiga. Si estaba loca por Javi ¿Por qué hacía esto? Tendrian que hablar cuando estuvieran a solas. “Si Javi estuviera aquí, todo sería diferente”. Mientras pensaba en esto, Pablo volvió al ataque. Sus manos cada vez mas atrevidas recorrian cada centrimetro de ella, mientras ella dejándose llevar, empezaba a recorrer el cuerpo de él sin ningun pudor.

- ¿Volvemos al hotel, o quieres que nos llevemos una denuncia por escandalo publico?

- Me parece a mí que los que se van a llevar ese souvenir son nuestros amigos...

- Cristian es abogado. No les pasará nada. –Y dicho esto le dio un beso en la punta de la nariz para tranquilizarla.

- Pero como yo no quiero correr ese riesgo, nos vamos a mi hotel.

- Es la mejor idea que has tenido desde que te conozco.

- ¡Tonto!

"Val, me he ido con Pablo a nuestro hotel"
 

Mientras Valeria cruzaba la sala de fiestas, de la mano de Cristian, vio como su móvil parpadeaba ante la llegada de un nuevo Whatsapp. Sonrió al ver como su amiga, por fin, se había decidido a hacer algo con su vida.

"Disfruta guarrilla", fue su contestación.
 

Sin embargo, ella no podía creerse que fuera a liarse con un casi completo desconocido. Nunca se había comportado así. Pero era algo que necesitaba en ese momento. Desde que lo había dejado con Javi, unos meses atrás, no había vuelto a estar con nadie que no fuera él, y su cuerpo le pedía a gritos que hiciera una locura. Y Cristian le atraía mucho. Estaba convencida de que la noche con él iba a ser inolvidable.


El 2012 no había hecho nada más que comenzar...

 

 

domingo, 9 de junio de 2013

Capitulo 15


Cuando los chicos se acercaron a ellas, Val no podía dejar de mirar a uno de ellos. Era más alto que ella, moreno y tenía unos ojos verdes brillantes y una sonrisa, que la hipnotizaron desde el primer momento.

- ¡Hola! Me llamo Cristian ¿Y tú? –entonces Miriam le dio un codazo a su amiga que le hizo salir de su nube.

- Perdona. Yo soy Valeria. Encantada –Y le dio dos besos al muchacho, que sonreía al sentirla tan cerca. –Y ella es mi amiga Miriam.

- Encantado. Él es mi amigo Pablo. El resto del grupo es más vergonzoso y no se ha querido acercar –comentó con una tímida sonrisa.

Mirando la guía que Valeria llevaba entre las manos, dijo: -Veo que todos viajamos al mismo sitio.

- ¿También vais a New York? –La sonrisa de Val lo decía todo- Podíamos quedar allí algún día todos ¿Qué os parece? ¡Siempre está bien encontrarte españoles en la otra parte del mundo!

- ¡Eso estaría genial! –Cristian mirando su reloj, añadió: Creo que ya es hora de embarcar. Déjame que te ayude con la maleta y así concretamos de camino.

- ¿Pero que llevas ahí dentro, para que esto pese tanto?

- ¡A mi marido! Es que así me ahorraba el pagar su billete – Contestó Valeria haciendo reír a todo el grupo.

Durante el vuelo Val y Miriam no habían parado de hablar con el grupo de chicos que se les habían acercado en el aeropuerto. Todos iban a pasar allí las navidades y casualmente también volvían en el mismo vuelo. Habían hecho planes de hacer turismo todos juntos, ya que se habían caído bien desde el principio. También pasarían juntos la fiesta de Nochevieja. Ellos no era la primera vez que visitaban la ciudad, así que les servirían de guías.

Al separarse en el aeropuerto de NY para dirigirse a sus respectivos hoteles se dieron los teléfonos y la dirección de sus alojamientos.

- Esta ciudad es impresionante y el hotel una pasada –Comentó Val ya en la habitación.

- ¿Y cristian? –dijo Miriam con una risita.

- ¿Qué pasa con Cristian?

- Venga, Val… ¡No me digas que no estabas tonteando con él!

- ¡Pues igual que hacías tu con Pablo!
Ambas empezaron a reír y a comentar el viaje, y a sus nuevos amigos. Quizás, con el tiempo, llegaran a convertirse en una parte importante de sus vidas. O no…


Los días previos a la Nochevieja los pasaron disfrutando de la ciudad, de su comida basura, de los rascacielos, de sus calles, sus teatros, sus noches….

- ¡Val, por favor! Basta de fotos. ¡Sabes que las odio!

- Y tú ya sabes que la fotografía es mi vida y mi pasión. Así que no me toques la cámara que nos conocemos…

- Desde luego… no hay quien pueda contigo. –Soltó Miriam con un resoplido.

- Venga, las últimas. Pablo, ponte tú con Miriam.

- Suelta la cámara y ponte tú con Cristian. -Se rió Miriam.

- ¡Hay que ver como eres! –Sonrió Val mientras posaba con Cristian.

De vuelta al hotel Valeria empezó a subir fotos a su perfil de Facebook.

- ¡Vamos a dar envidia y que se jodan los de mi pueblo!

- Jajaja! Ya verás como les va a fastidiar estas fotos a Raquel y las apio-friends.

 
Entre risas, paseos y fotografías, por fin llegó el día esperado: Nochevieja. El grupo se dirigía hacia Times Square a celebrar el año nuevo. Allí se encontraron ante una plaza abarrotada de personas de todas las nacionalidades. Muchas de ellas, incluso llevaban guardando su sitio desde el día anterior. Apenas podían moverse. Los chicos pusieron a Mirian y Val entre ellos, para protegerlas de codazos y pisotones.
Val no podía apartar la vista de la Torre de One Times Square, y mientras miraba la cuenta atrás, y pedía su deseo de año nuevo. Cuando el reloj llegó a cero, Cristian, que también había pedido su deseo, se giró sin pensárselo y besó a Valeria. Pablo, al ver a su amigo, agarró a Miriam que estaba felicitando el año nuevo al resto, e hizo lo mismo.

Ambas muchachas al sentirse en los brazos de otros hombres recordaron a los que habían dejado atrás y no respondieron como Pablo y Cristian esperaban.

- Estas caen esta noche como que me llamo Cristian. -Dijo felicitando a su amigo.

- Yo no lo tengo tan claro. No he visto a Miriam muy receptiva.
 

- ¿Qué acabamos de hacer? – Preguntó Miriam abrazando a Val.

- Nosotras nada, aunque tengo que confesarte que no me ha molestado el beso de Cristian. Pero vamos a disfrutar del momento. Total, no los vamos volver a ver…

Como pudieron salieron de entre el gentío para dirigirse al lugar donde les espera la fiesta. Una vez allí, no pararon de bailar y bromear, y como no podía ser de otra manera, Valeria no paró de hacer fotos.
Joder, ¡Que cantidad de manos tienen estos dos! Por no hablar de sus amigos… -Dijo Miriam un poco molesta.

- ¡Que me vas a contar! Sólo tienes que ponerles un límite y disfrutar del momento. ¡Déjate llevar!

- Bueno, si todo lo hace igual que baila…

- Jajajaja! Eso es Miriam. ¡Que por una vez no va a pasar nada! Ya veremos que hacemos a la vuelta.

 

miércoles, 5 de junio de 2013

Capitulo 14


- Antes de que te vayas a tu casa, tengo que decirte una cosa: ¡No seas capulla y habla con Héctor! –soltó Valeria con cara de enfado, intentando ser convincente.

- ¿Ya estás otra vez con eso? ¡No quiero volver a verle! Ya te lo he dicho antes.

- O lo ves y hablas con él por tu propia voluntad, o hago yo que os encontréis otra vez. Tú misma… ¡Y no es una amenaza! –le dijo Valeria señalándola con el dedo.

- Pues no será una amenaza, ¡Pero lo parece! –contestó Miriam riéndose. Y es que su amiga tenía unas ocurrencias y una chispa que hasta en el momento más amargo, la hacía sonreír. – Y tú contéstale a quien tú ya sabes, sino te las tendrás que ver conmigo.

- ¿Quién es ahora la que está amenazando a quién?

- Me voy porque sino al final, con la tontería, veo que discutimos… Hablamos mañana para concretar que nos llevamos al viaje, ¿te parece?

- ¡Estupendo! Hablamos mañana.

Una vez que Miriam se metió en el ascensor, Val cerró la puerta de su casa y se quedó un rato apoyada en ella pensando en qué le podía contestar a Javier. Él necesitaba una explicación de por qué se fue de su casa sin avisar. Y ella necesitaba una explicación sobre lo que había sucedido en el pasado.

Sin querer pensarlo más, volvió a coger el portátil y se sentó sobre la cama, mientras el sol de diciembre luchaba por colarse por la ventana y calentar algo la estancia. Después de leer y releer el email de Javier varias veces, le quedó clara una cosa y a la vez, la más importante: “Me quiere”. Dijo Valeria en voz alta para que sus oídos escucharan sus propias palabras, y así poder creérselo.

Y es que cuando Javier dice “Te quiero” es porque lo siente de verdad. Todavía recuerda la primera vez que se lo dijo, y la de meses que le costó arrancarse. Sonríe como una tonta al recordarlo. Fue una bonita época. “Éramos felices”.

Y así, recordando todo lo bonito pasado con Javier, sin darse apenas cuenta, ya tenía escrita la contestación al email.

De: Val
Para: Javi
Asunto: Re: Cobarde

“Siento haberme ido sin decir nada, pero cuando me desperté y me encontré otra vez en tu cama, me pudo la presión y tuve que huir. Lo siento, de verdad. Al igual que siento el espectáculo tan lamentable que tuve que dar anoche. Si te soy sincera, de la mayoría de cosas no me acuerdo. Y de otras, creo que prefiero no acordarme.

En cuanto a la conversación que tenemos pendiente, tendrá que ser ya para el año que viene. En un par de días me voy de viaje y no vuelvo hasta la noche de Reyes. Por favor, no me busques durante estos días ni me preguntes dónde me voy. No me sigas. No me llames. Necesito tiempo para procesar todo lo que ha pasado desde que nos hemos vuelto a encontrar.

Bonita canción pero lo de “Cobarde” se queda corto para definirte.

Cuando regrese, hablamos. Yo también necesito una explicación.

Val

P.D. Las bragas puedes quedártelas, así ya tienes parte del disfraz de Carnaval.”


De camino a su casa Miriam iba pensando en la amenaza de Valeria cuando escuchó el sonido de su móvil. “Qué se le habrá olvidado decirme a esta loca” pensó. Pero no era su amiga, era Héctor.

Que tal llevas la resaca preciosa? Necesito volver a verte

Devolvió el teléfono a su bolso. No pensaba contestarle por mucho que Valeria le insistiera. Iba a alejarse de él pasara lo que pasara.


Los siguientes días trascurrieron volando para Valeria y Miriam. Entre preparativos, compras y el trabajo no les quedó apenas tiempo para respirar, ni para pensar, cosa que ambas agradecieron. Sin embargo, para Héctor y Javier los días eran eternos. Héctor no se separaba ni un segundo de su móvil. Había roto su palabra, la había llamado y le había mandado varios mensajes, pero ella ni contestaba ni cogía el teléfono. Necesitaba volver a tenerla entre sus brazos y ni siquiera podía hablar con ella. No sabía que hacer.

Javier, por su parte, no era capaz de concentrarse en nada de lo que hacía. Aun podía sentir el aroma de Val en su piel, pero debía darle el espacio y el tiempo que ella le había pedido. ¿Dónde se iría? ¿Con quién? ¿De verdad lo llamaría a la vuelta? Tenía que confiar en ella.


Ambas muchachas estaban sentadas en la sala de espera del aeropuerto haciendo planes de todo lo que querían ver y hacer en su viaje.

- ¡No nos va a dar tiempo de hacer todo! – dijo Miriam.

- ¡Que si! Ya verás como todo es cuestión de organizarse. – Contestó Valeria mirando su guía.

- No será Héctor al que le estás colgando el teléfono todo el rato, ¿verdad? – Dijo Valeria con gesto molesto – Habrás hablado con él…

 - No he hablado con él. Y sí, es a él a quien le cuelgo el teléfono.

 - O se lo coges tú o lo hago yo. Tú eliges.

- Necesito pensar, Val. Dame un respiro. ¿Tú contestaste a Javier?

 - ¿Y por qué no le dices a él lo que me estás diciendo a mí? Y a Javier, en cuanto saliste de mi casa le mande un email.

 - Está bien. Tú ganas. Voy a contestarle. – suspiró Miriam sacando el móvil.

Me voy unos días fuera. Necesito aclarar ideas. Hablamos a la vuelta, después de Reyes, vale?”

La respuesta no tardó en llegar: “Estaba preocupado. Al menos podrías contestar a los mensajes. Te daré el tiempo que necesites, pero no me eches de tu vida sin una oportunidad y sin explicación”.

 - ¿Contenta? – Miriam se dio cuenta de que su amiga no la escuchaba y giró su cabeza hacia donde ella miraba – ¿Quiénes son?

 - No lo se, pero llevan mirándonos un buen rato. Son monos, ¿No crees? –Comentó Valeria con una sonrisa pícara.

 - La verdad es que no están mal. ¿Vienen hacía nosotras?

 - Creo que sí. Y relájate, porque me parece que nuestras vacaciones empiezan aquí y ahora.

 - ¡Me das miedo, Val!

domingo, 2 de junio de 2013

Capitulo 13


Valeria salió de la ducha sumida en sus pensamientos, aunque más relajada que cuando llegó a casa. Había vuelto a caer y todavía no entendía como había podido hacerlo. Mientras, su teléfono no paraba de sonar y siempre por el mismo motivo: Javier. Normal que la llamara después de haberse ido de su casa sin avisar y sin dar ninguna explicación. No tenía ganas de hablar con él, así que decidió apagarlo, pero cuando iba a hacerlo vio que tenía un whatsapp de Miriam, de la noche anterior. ¿Por qué no se había dado cuenta antes? En cuanto leyó el mensaje, la llamó sin pensárselo:

- ¿Que pasó anoche? -soltó Valeria en cuanto su amiga descolgó el teléfono.

- ¿Dónde te metiste tú?

- Yo he preguntado primer ¿No me digas que es un capullo?

- ¡Eso es quedarme corta! -contestó volviéndose a alterar por momentos- ¿Te puedes creer que el muy gilipollas se fue?

- Se fue ¿a dónde? Empieza por el principio. Cuando yo me fui os quedasteis muy, muy juntitos, Que yo os vi…

- ¡Yo que se donde se iría! Me acompañó a casa, lo invité a subir y no quiso ¡Se marchó! Ese es el resumen de mi noche ¿Y qué hiciste tú?

- Huir esta mañana de casa de Javi. Sin bragas, que todo hay que decirlo. ¡No me vuelvas a dejar beber tanto!

Una idea apareció en ese instante en la cabeza de Valeria.

- ¿Has desayunado?

- Aún no.

- Pues vístete, que te invito a desayunar y nos contamos todo mejor y de paso te propongo un plan. Te mando ahora un whatsapp con mi dirección.

- ¿Un plan? Valeria no estoy de humos, de verdad.

- ¿Crees que yo si? ¿No te gustaría poder desaparecer ahora mismo?

- ¿Desaparecer? Eso ha sonado bien… ¡Ahora mismo voy a tu casa!
 

Un rato después ambas muchachas estaban en sentadas en el salón de Valeria disfrutando de sus desayunos, mientras se ponían al día sobre lo ocurrido la noche anterior.

- A ver, tu primero: ¡Cuenta! -Dijo Valeria.

 - Creo que ya te he hecho el resumen por teléfono: Se marchó, y ahí quedó todo. Ni se ha molestado en llamarme. Según él, tenía que madrugar. ¡Y yo voy y me lo creo! ¿Tú lo ves normal?

- Pues teniendo en cuenta lo que bebimos, si. Lo que veo es que no se quiso aprovechar de que fueras borracha. Confiesa que estás así porque te gusta, sino todo esto te daría igual.

- Ains… Está bien, lo confieso: ¡Me gusta! Pero hasta aquí hemos llegado. Ha tenido su oportunidad y la ha desaprovechado. No volveré a verle. Está decidido.

- La capulla serás tú si lo dejas escapar por miedo a que te hagan daño. ¿Nunca te han dicho que quien no arriesga no gana?

 - ¿Arriesgar después de lo que pasó la última vez? No, gracias.

Ambas se quedaron unos minutos en silencio pensando en todo lo que había pasado. Valeria se preguntaba qué le habría pasado a su amiga para huir así de un hombre que le gustaba, aunque ella era la menos indicada para hablar. Era eso justamente lo que había hecho unas horas antes: salir huyendo de la casa del hombre que le seguía quitando el sueño. Mientras, en la cabeza de Miriam aparecían recuerdos del pasado que quería olvidar. Ni siquiera le gustaba hablar de ello. Estaba segura de que a su amiga le pasaba exactamente lo mismo.

- Sabes Val, creo que deberías escuchar tus propios consejos. ¿Que te pasó anoche?

- Cuando vi su sonrisa, recordé todo lo bueno que habíamos vivido juntos y no se que cable se me cruzó, que lo besé y cuando quise reaccionar ya era demasiado tarde, y esta mañana me he despertado en su casa. Si te digo la verdad, no se como llegué hasta allí ni lo que sucedió después, de lo borracha que iba. Aunque lo intuyo…

- A las dos nos ha marcado mucho el pasado y eso es difícil de olvidar, pero tú sigues enamorada de él.

- ¿Te cuento mi plan?

- Jajaja! Eso es: Cambiando de tema sutilmente. Pero que sepas que no te lo preguntaba ¡Lo afirmaba! Y si, anda, cuéntame el plan.

- Necesitamos desaparecer y olvidarnos de todo ¿no?

- ¡Si! ¿Has pensado algo en especial?

- ¿Tienes planes para Nochevieja?

- No había pensado nada. Este año no me apetecía mucho celebrarlo.

- ¿Te apetece que nos vayamos a pasar esos días a New York?

- ¡No lo dirás en serio! –Contestó una atónita Miriam.

- Nunca he hablado más en serio.

- Pues entonces, ¡NY allá vamos!

Dicho esto, Val encendió su portátil y se pusieron a mirar todo lo relativo al viaje: vuelos, fechas que les pudieran encajar, hoteles, sitios que visitar… Después de un rato de navegación por la red, consiguieron su propósito: ¡Ya tenían sus billetes de avión y el hotel reservado! Pero la felicidad les duró poco al oidor la alarma de un nuevo email. Era Javier.
- ¿No lo vas a leer?

- ¿Para qué? Si ya se lo que me va a decir…
- No soy quien para meterme en tu vida, pero creo que deberías leerlo. Quizás sea verdad que ha cambiado. Tú lo quieres. No lo puedes negar. ¡Se te nota a kilómetros de distancia! Y él también está enamorado, sino ayer no hubiera venido con el capullo.

Al escuchar aquellas palabras de la boca de su amiga, no pudo más que sonreír.
- Quizá tengas razón. Y después de la manera en la que me he ido hoy de su casa, lo menos que puedo hacer, es leer ese correo, así que allá voy. ¡Deséame suerte!

- ¡Suerte! Aunque estoy convencida de que no la necesitas.

De: Javi
Para: Val
Fecha: 18 de Diciembre de 2011
Asunto: Cobarde
Archivos Adjuntos: “Canción Cobarde – David Bustamante”

“Te echo de menos desde el momento en el que te has ido. ¿Por qué lo has hecho? Creo que me merezco una explicación. Y ya que no me coges el teléfono, por lo menos, espero que este email, sirva para que me escuches.

Pensé que lo que pasó anoche había servido para reconciliarnos y volver a darnos una oportunidad. Aunque si te soy sincero, tal cual era tu estado de alcoholismo, pensé en no acostarme contigo, por respeto. Porque te quiero. Pero es que cuando estás frente a mí, no puedo evitarlo: Soy feliz. Me encanta tu sonrisa de niña buena y tu mirada traviesa. Nunca he querido hacerte daño. Me desconciertas, Val. Y eso hace que te quiera más.

Hace un tiempo era un cobarde con mis sentimientos, pero eso ha cambiado. Te lo puedo asegurar. Dame una oportunidad. Necesito explicarte todo lo que pasó. Y después si me quieres dar una patada en el culo, me la das. Aunque preferiría que eso no pasara.

Te he adjuntado una canción que me define perfectamente. Escúchala.

Te echo de menos. TE QUIERO.

Javi

P.D. Tengo unas bragas que te pertenecen… ¿Cómo has sido capaz de irte sin ropa interior? Desde luego, no dejas de sorprenderme. Por eso te quiero tanto.” J


Mientras Valeria leía el email, Miriam no podía dejar de mirar como su amiga sonreía con cada palabra de ese chico. Lo quiere pero la muy tonta se ha cerrado en banda. Y por lo que él dice, la quiere también.

- Dale una oportunidad, Val. Creo que el muchacho se lo ha ganado. Queda con él y escúchalo. Después ya haz lo que quieras, pero escúchalo. Creo que se lo merece.

- ¿Pero cómo le explico por qué me fui corriendo de su casa?

- El por qué te fuiste así, sólo tú lo sabes. Pero si quieres recuperar tus bragas, y lo que es más importante, al hombre de tu vida, habla con él. –Le dijo Miriam guiñándole un ojo.

- Creo que tienes razón. Debería quedar con él, pero esta vez sólo para hablar. Pero después nuestras vacaciones. Necesito esos días para ordenar mi mente.

- Está bien. Como quieras. Pero antes de irnos a NY contéstale al email.

- Lo haré.