Había algo en el interior de Valeria que la corroía,
¿La culpa? “¿Por qué lo he hecho?
¡Necesito irme de aquí!” -pensaba mientras recogía sus cosas intentando
hacer el menor ruido. Esperaba poder salir de allí sin despertar a Cristian ni
dar explicaciones.
Sentía
que estaba traicionando a Javi. Ese viaje le estaba sirviendo para abrirle los
ojos: necesitaba a Javi a su lado. A pesar de todo lo que había pasado con él,
lo quería y eso no lo podía negar.
El
sonido de su móvil despertó a Miriam. Se escabulló de entre los brazos de Pablo
para alcanzarlo.
“Estoy abajo, puedo subir?”
Miriam
resopló al sentir que Pablo volvió a entrelazar su cuerpo con el de ella. Había
pasado toda la noche deseando que fuera Héctor quien estuviera a su lado.
“Por supuesto! Dame 5 minutos que voy a
echar a Pablo”
- ¡Levántate! Tienes que irte. Valeria está abajo
esperando para poder subir. -Dijo Miriam de forma brusca.
- ¡Joder! Buenos días a ti también…
- No me levanto de buen humor por las mañanas.
- ¿Ni siquiera después de pasar una noche caliente? –Dijo
Pablo cambiando el tono de su voz y acercándose a besarla. -Yo puedo hacer aquí
y ahora que tu humor cambie.
- Hoy va a ser que no.
- Hoy, pero… ¿Y mañana?
- Si te vas en menos de 2 minutos me lo pienso.
- Está bien, ya me voy. Pero esta noche tendrás que
compensarme, preciosa.
Aquella
última palabra hizo que todo el cuerpo de Miriam se tensara en un instante. Era
la forma en que Héctor la
llamaba. Cada vez se sentía peor. ¿Cómo podía estar allí, en
la cama con un tío y pensando en otro? ¿Por qué se sentía tan mal si ella era
libre?
- ¡Lárgate de aquí! –Dijo levantando la voz, cargando
sobre Pablo toda su frustración.
- ¿Pero qué te pasa ahora?
- ¡Largo! -Dijo empujándolo hacia la puerta.
Al abrir la puerta, Pablo se encontró con Valeria que
ya estaba esperando en el pasillo, para poder entrar a su habitación.
- ¡Buenos días! -Ten cuidado con ella que está que
muerde.
- Eso ya te lo hizo a ti anoche. -Dijo Val divertida
mientras le señalaba el cuello y cerraba la puerta.
- Siéntate ahora mismo y cuéntame que hiciste anoche
con Cristian.
- Viendo el cuello de Pablo y el estado de la cama,
creo que lo mismo que tú.
Ambas
chicas se sentaron al borde de la cama mientras se reían.
- ¿Te puedes creer que le tuve que pedir que se
quitara los calcetines? –Dijo Miriam aún entre carcajadas. Valeria siempre
conseguía devolverle el buen humor.
- ¿Te puedes creer tú que yo vuelvo a ir sin bragas?
- ¿Pero tú qué haces con la ropa interior? ¿Siempre
la dejas de recuerdo? ¡Mira, ya se que regalarte para tu cumpleaños!
- Jajaja! Cristian se encargó de que quedaran
inservibles en el baño.
- Eso es un macho español y lo demás tonterías.
- No te creas. De tanto ímpetu que le puso no me duró
nada, aunque luego lo compensamos. Varias veces, además.
- Al menos le puso ímpetu, porque Pablo parecía muy
ardiente pero a la hora de la verdad… Val, ¿Puedo preguntarte algo? –Dijo
Miriam poniéndose seria de pronto.
- Claro. ¿Qué pasa?
- Tú quieres a Javi. Entonces, ¿Por qué acabaste
anoche con Cristian?
- ¿Por qué lo has hecho tú? Se supone que te gusta
Héctor. O eso creía yo…
- Ahí me has dado. Pero es que no puedo evitarlo. Cada
vez que un hombre se acerca a mi demasiado o salgo huyendo o hago algo para que
sea él quien se aleje, y después de las fotos que subiste anoche…. No creo que
Héctor vuelva a dirigirme la
palabra. Si no dejo que me conozcan o que se acerquen lo
suficiente para hacerlo, no podrán hacerme daño.
- Así sólo te haces daño a ti misma, además de
engañarte. Tarde o temprano tendrás que dejar de huir y enfrentarte a lo que
sientes.
- Y tú, ¿Me vas a contar ya por qué te liaste con
Cristian?
- Ya sabes que Cristian me atrajo desde la primera
vez que lo vi en el aeropuerto, y necesitaba saber si lo que sentía por él era
sólo atracción física o si por el contrario podría llegar a sentir algo más.
Aunque también había un poco de venganza hacia Javi… ¡Las cosas como son!
- ¿Y a que conclusión has llegado?
- Que quiero y necesito a Javi más de lo que pensaba.
–Después de un silencio por ambas partes, añadió: Aunque no te voy a negar que
la noche de ayer estuvo muy pero que muy bien…
- ¡Eres de lo que no hay! Pero me alegro de que te
haya servido para aclararte. Así que a la vuelta a casa ya sabes lo que tienes
que hacer. Y hasta entonces vamos a disfrutar de esta magnífica ciudad y de
todo lo que ofrece.
- ¡Modo Turista On!
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