miércoles, 8 de mayo de 2013

Capitulo 5

Cuando Valeria se marchó, Javier se quedó solo y confundido. Quería estar con ella, hacerla feliz pero también sabía que en el pasado no se había portado bien con ella y entendía perfectamente que ahora Valeria se sintiera así.
Quería que ella volviera a confiar en él pero sabía que no lo iba a tener fácil. Y es que cuando le haces daño, se vuelve una fiera, y él le había roto el corazón en mil pedazos.
Necesitaba sacarla de esa burbuja de aislamiento que ella misma se había creado para que nadie le volviera a hacer daño, y volverle a enseñar que el mundo tiene más colores. Y él se los quería enseñar a través de sus ojos.
Así que subió a la discoteca con el convencimiento de encontrarla disfrutando de la fiesta con sus amigas pero por más que buscaba y buscaba no lograba verla por ningún lado.
Al final, decidió ir a la barra a tomarse una copa y despejar sus ideas.
Se quedó tan ensimismado mirando al infinito, con su copa en la mano, que no se percató de que un chico a su lado le estaba hablando.
-¿Perdona? ¿Me estabas hablando a mí? –dice Javier.
-Si, llevo bastante rato en la barra esperando a pedir una copa y desde entonces tú no has cambiado de posición. Sigues con tu vista puesta en el infinito… ¡y más allá! ¿Te ocurre algo?
-Que soy gilipollas.
-Eso es un buen comienzo. Lo principal es aceptarlo.
Ambos desconocidos comienzan a carcajearse ante tal contestación.
-Perdona, no me he presentado. Soy Héctor.
-Javier. Encantado. –Se estrechan la mano a modo de saludo.
- Y ahora que ya nos conocemos, ¿me vas a contar a que viene esa cara larga y esa vista perdida? ¡Que estamos en una fiesta! Mira la cantidad de tías que nos rodean.
-No la que me interesa. –Contesta Javier, consciente ya de que Valeria se ha marchado por su culpa.
-Creo que me he metido donde no me llaman.
-No, tranquilo. La verdad es que necesito descargarme con alguien.
-Pues adelante. Soy todo oídos y no tengo prisa. Mis amigos me han abandonado por unas tías que han conocido esta noche. Lo cual entiendo perfectamente… - Se ríe Héctor sin poder remediarlo, al acordarse de los locos de sus amigos.
-Me he encontrado… Bueno, mejor dicho, he bajado a los baños a encontrarme con mi ex. Necesitaba hablar con ella. Pero por mi culpa he hecho que se haya tenido que ir de su fiesta.
-¿Su fiesta? –Pregunta Héctor sin entender nada.
-Si. Ella ha sido la que ha hecho las fotos del calendario, así que al fin y al cabo, esta fiesta también le pertenece.
Entonces Héctor empieza a atar cabos y recuerda haber visto a Valeria llorando y llevarse a su amiga.
-¿Tú has estado saliendo con Valeria? –Contesta Héctor totalmente sorprendido.
-Si. ¿La conoces? –Responde Javier todavía más sorprendido que Héctor.
-¡Claro que sí! La conocí a través de Carlos, tu compañero que sale en el mes de julio. Es amigo mío. Por eso yo estoy hoy en esta fiesta.
-Pues la he jodido pero bien con ella.
-No es por desanimarte pero sí. No se que habréis hablado pero ha cogido a su amiga y se ha ido llorando.
-¿Llorando? No puede ser. Valeria es muy fuerte. ¿Seguro que estamos hablando de la misma persona?
-¿Una morena con ojos verdes, vestido negro y tacones de infarto? –Dice Héctor.
-Si, es la misma. –Se acaba auto convenciendo Javier.
-Y te voy a decir una cosa más –replica Héctor-: Que sepas que por tu culpa yo me he quedado sin ligue. Porque su amiga me gustaba. La he conocido esta noche pero tiene algo especial. No se como lo voy a hacer, pero tengo que volverme a encontrar con ella.
-Amigo, tenemos un grave problema de faldas.
-¡Correcto!
Y tras esta conversación, comenzaron su carrera hacia una gran borrachera

No hay comentarios:

Publicar un comentario